El hechizo de la dependencia emocional
Actualizado: 21 jun 2022
Sufrir dependencia emocional es como haberte adentrado en un bosque encantado y peligroso en el que has sido hechizado y del que no te va a ser fácil salir; el hechizo hace que poco a poco vayas perdiendo tu autenticidad, tu forma de ser; es como si vivieras a merced de otra persona y te perdieras en ella; poco a poco te diluyes, te des dibujas y vas dejando de ser tú, vas olvidando tus ilusiones, y, tus metas, ya no tienen fuerza.
Pero el problema es que si permaneces ahí el hechizo crece, si no te vas, cada vez estás más cansado y más lejos de ti y tratas de buscar la salida pero no la encuentras y te das cuenta de que estás perdido en el bosque encantado de la dependencia emocional.

Se trata de un hechizo que te lleva a sufrir; a menudo tienes dudas, estás mal a su lado; pero claro, es que tiene cosas buenas, no quiero perder eso que tiene a veces que sí que me gusta; crees que esas pocas cosas con las que si coincides con tu pareja no los vas a encontrar en nadie más, que no podrás soportar dejar de compartir eso; esas salidas en bici, las caminatas por la montaña, como si fuera algo que le gusta a muy poca gente o que no le gusta a nadie más o igual te atormentas pensando es que es muy difícil encontrar a alguien así; estas son creencias limitantes que justamente hacen eso; te limitan, hacen que no veas más allá, que no puedas ver la cantidad de gente que encaja
contigo y con la que podrías ser muy feliz si lograrás deshacerte de ese hechizo que te tiene atrapado.
Te exaspera, en algunos momentos te saca de quicio, sus discusiones o sus reacciones te agotan pero luego se pasan, vienen las reconciliaciones y todo parece que se olvida, aunque no es así.
A menudo dices cosas como: "es que yo no era así, antes yo tenía carácter, yo tenía personalidad,no sé qué ha pasado"; otras veces controlas tu espontaneidad, puede que calles cuando querrías hablar, que a menudo no expreses lo que sientes para no discutir, para no llevar la contraria, para evitar ciertas reacciones que no te gustan o que te hacen daño.
Probablemente no tienen vida sexual o ésta no es placentera, probablemente ni siquiera haya deseo entre ustedes; o tal vez, si lo hay, puede que incluso esa vida sexual sea lo único que los mantiene enganchados, porque funciona muy bien, que sea lo único que si funciona.
Deseas que tu pareja cambie esas cosas que no te gustan, esas conductas que te hacen daño, esas que te alejan, que te desgastan y te hacen sufrir, pero nada, aunque a veces parece que lo entiende que los cambios se acercan, la realidad es que todo sigue igual y acabas haciendo cosas que no quieres, aceptando decisiones que no sientes y apostando en una partida en la que no quieres jugar.
A lo mejor alguna vez habrán hablado o incluso pudiste llegar a dejarlo, pero luego vienen las recaídas, eso de !vamos, volvamos a intentarlo!, tal vez ya sientes que nunca lo conseguirás, porque aunque a veces lo ves muy claro luego te entra la angustia por perderlo, por quedarte solo, por no encontrar a nadie más que te elija, que quiera estar contigo o que no quiera alejarse de ti y te quedas ahí paralizado, inmovilizado, totalmente incapaz y te vas destruyendo así un poco más.
El hechizo de la dependencia emocional es muy peligroso y le pides a la vida que te dé la varita mágica, que te salve que te libere y de tanto pedir y suplicar no te das cuenta que la varita que deshace el hechizo siempre ha estado en ti, solo necesitas saber cómo funciona, entender que hay ciertas conductas y actitudes que mantienen el hechizo, mientras que otras pueden conseguir que lo vayas rompiendo hasta deshacerte de él, pero eso sí, antes, hay ciertas premisas que debes entender: la dependencia emocional no se supera nunca si sigues a su lado, si necesitas que cambie, que te entienda, que madure o que te dé mucho más de lo que le sale de forma natural es que no es la persona que quieres para ti, es que no la aceptas, es que no te gusta y dirás: "no, no, sí solo quiero que cambie eso y ya"; pero qué nivel de importancia tiene para ti que sea así.
Si a veces lo tienes claro y otras lo ves de lo más oscuro pero te ves incapaz de decidir, estás hechizado de una relación con dependencia emocional; una relación construida sobre la necesidad sobre la obsesión por hacer que aquello funcione y sobre la ausencia de límites que le pongan fin; es un vínculo enfermizo que nos hace perder la razón, la consciencia y la propia conexión; es ese quiero, pero no puedo; ese ya lo veo pero no soy capaz, lo he intentado pero no lo consigo.
Tienes una parte de tu vida idealizada a su lado, te imaginas, fantaseas; te alimentas de eso que no te gustaría perder, eso que tanto te gustaría tener y si alguna vez lo has tenido, pues te digo que no es la realidad, es que esa historia no te compensa, que no eres feliz, que las caídas que experimentas en ella te rompen demasiado las alas, es tóxico; pero estás hechizado, hipnotizado y no lo ves; o lo ves pero aún así no puedes moverte de ahí.
Es tóxico porque estar con esa persona te intoxica, te produce malestar, te destruye por dentro y si te amas debes irte de ahí, debemos entender que amor no es sufrimiento, ni sacrificio, ni lucha; sino bienestar crecimiento y honestidad. Tú, ¿eres honesto de verdad?, ¿sabe esa persona lo que sientes?, ¿crees que es el amor lo que los mantiene ahí? o más bien el miedo.
El hechizo de la dependencia emocional es muy fuerte y destructivo; cuando lo sufres todas las áreas de tu vida se ven afectadas, porque la obsesión te paraliza, el cerebro pierde la memoria, no te concentras, no duermes o duermes pensando en ello y es lo primero en lo que conectas al despertar, pero aunque el hechizo parezca imposible de superar en realidad es muy fácil de lograr, se trata de un hechizo que ha venido a enseñarte, a mostrarte que eres vulnerable, que tienes heridas, pero que no estás solo, que debes conocer temas, aprender a mirarte y aceptar que tal vez no has aprendido amarte, que pedir ayuda no es de cobardes y que los que triunfan son los que se enfrentan, los que dicen yo puedo, yo merezco, yo soy capaz; los que entienden que una adicción no se supera sólo con decirlo, ni mucho menos permitiéndote recaer una vez más. Para romper el hechizo debes gritar ¡HASTA AQUÍ!, ¡ya no quiero más!, ¡basta!, y enfrentarte así a la temida, fría y desgarradora cueva del contacto cero, da miedo pero, como todo miedo irracional, si tienes fe y te enfrentas a él, como por arte de magia desaparece y es que cuando te liberas de la dependencia emocional y el hechizo se deshace, cuando te recuperas de nuevo a ti y vuelves a emprender tu viaje, es cuando regresa la ilusión y entiendes que tu valor y tu coraje siempre han estado en ti, aunque tal vez con el hechizo de la dependencia lo olvidaste.